viernes, 6 de abril de 2012

5/03/2012

Estoy asustada. Anoche me asusté muchisimo. Y es que a veces no valoramos lo que tenemos hasta que casi no le vemos el final. Hace a penas una semana estaba contigo, en tu cama, mientras me arropabas y me ponías de cenar esas comidas que me encantan y que solo tu sabes hacer como a mi me gustan. Tú me criaste, en cierto modo tu me has enseñado a dar los primeros pasos de este camino que se llama vida. Y sé que no valoro, el día a día, que he ido a verte poco, pero eso no significa que no te quiera. Al verte tan débil el otro día me diste que pensar, y ya con lo de ayer me desbordé. Me fallaron las fuerzas, y eso que no me pasaba desde aquel 31 de Agosto... tuve miedo, mucho miedo, ganas de llorar y mucha rabia. Una rabia que me conduzco al odio hacia la vida... hacia esta vida que a veces te traiciona en el momento en el que menos te lo esperas. Había esperado ese jueves santo con ansia desde hacia un año, y al final fue un dia extraño, por asi definirlo. ¿La culpa? Quién sabe, de nada sirve echarsela a Dios, ni tampoco al destino. Las cosas debían ser así y así fueron. Y ahora ¿Qué? Que alguien me lo explique porque yo no puedo esperar mas, necesito que me digan que estas bien, y que volvemos a casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario