jueves, 17 de mayo de 2012

Aquella noche fue especial. Me acompañó a mi casa, como de constumbre, llegamos al portal y cuando fuia  meter la llave en la cerradura gritó: "espera, tengo que hablar contigo". Sorprendida, saqué la llave, y acto seguido caminé hacia donde se encontraba, "¿De qué se trata?- pregunté extrañada. Y entonces me contestó, con dos simples palabras: "Te quiero". Y me besó, me besó como besaba el protagonista de aquella película que solía ver cuando niña, que terminaba con un beso de amor. Le miré, le sonreí, y acto seguido salí corriendo hacia el portal, subí por las escaleras, no me podía creer que había pasado. A mí, jamás hubiera imaginado que eso me hubiera sucedido, y de esa manera. Lo que aún no sabía, es que ese fue el primero de 1000.000 y medio de besos que vendrían después.

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