martes, 6 de noviembre de 2012

#2

Ellas también son dos. Les presento a mis dos invisibles. Se montan cada mañana en el autobús, con sus batas de franela, el pelo enmarañado y unos calcetines rayados que desentonan con las zapatillas de estar por casa. Cada mañana, no importa si es Noviembre o Agosto, cogen el autobús exactamente a las 7:30h . Van juntas pero apenas charlan. Será que la costumbre ha hecho que pierdan la emoción de cada día. Los viajeros que suben al mismo autobús que ellas rara vez las miran con, al menos, una pizca de empatía. Todo lo contrario, se apartan y con mucho disimulo, para que ellas no noten nada, apartan sus bolsos del lado en el que ellas están. ¡Cómo nos dejamos guiar por las apariencias! ¿Le tenemos miedo a dos simples mujeres porque su forma de vestir no es la adecuada? ¿O por su etnia? ¿Acaso el resto de mortales no roba? ¿No pide en las calles?  Vivimos en un mundo de estereotipos... donde lo más importante está debajo de esas ropas... donde lo más importante es INVISIBLE.

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