miércoles, 1 de mayo de 2013

Y sin embargo, se mueve

Miércoles que sabe a Domingo, y como cualquier otro domingo ando vestida con mis mejores galas, sentada junto a la ventana y oyendo los balonazos que dan en mi patio aquellos que apenas levantan un palmo del suelo. ¡Juventud, Divino Tesoro! Quién pudiera volver a la decena y no cargar con este patio sobre tu espalda...

Miércoles que me sabe a Domingo y a chocolate, que me ha hecho mirar el calendario para descubrir que hace exactamente 27 días que no escribía en el blog. En cualquier otro momento de postureo hubiera comenzado la entrada a lo Miss Antioquía "Ante todo quería darle las gracias a todos los presentes acá y pedir disculpas por no haber podido publicar entradas, besos y paz mundial"  

Pero no, hoy puedo prescindir de guardar las formas. Papá no leas esto, porque hoy no me siento señorita.

Hoy no voy a sentarme con las piernas rectas, tampoco pienso peinarme. Hoy no me voy a quitar el pijama en todo el día y andaré con calcetines por la casa (bueno lo confieso, no encuentro las zapatillas). Tengo los ojos cual oso panda porque ayer olvidé quitarme el maquillaje justo antes de acostarme, sí, lo olvidé: sin querer queriendo.

Hoy me apetece que se caiga el mundo o que lo paren y me bajo... o no. Ya no.

En estos últimos días me he montado en un coche de caballos, como los que te pasean por el Real de la Feria de Sevilla. Los cuatro caballos que tiran del coche van ataviados con sus mejores galas, sí, a juego con mi pijama dominguero. No puedo contaros que se siente cuando miras la vida desde una carroza que, como diría Galileo en aquellos momentos "Y sin embargo, se mueve"


Yo, que parecía haberme quedado estancada, pero ahora sé que no, que aquello sólo fue un paro, como el paro académico que organizamos los estudiantes de la Universidad de Sevilla y que no sirvió, à mon avis , absolutamente para nada.

No puedo describiros que se siente cuando empiezas a andar. Cuando, como Lázaro, respondes a un "levántate  y anda". Y eso que he estado consultando el diccionario. Creo que la RAE me debe la mayoría de sus visitas, creerá que estoy enamorada de ella o algo así, cual adolescente quinceañera visitando perfiles de tuenti.

Por eso vengo a deciros que os mováis, que salgáis y también entréis, que hagáis lo que sentís. Que no importan si tan solo son ilusiones. ¿Acaso no visteis como los aficionados del Madrid se volcaban con su equipo cuando era un imposible? ¡Qué importa!

Los imposibles también existen




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